El dato objetivo del envejecimiento de la población de La Isleta y las barreras arquitectónicas hacen que sea evidente la necesidad de la mejora de la accesibilidad. Estos problemas se encuentran tanto en el espacio público como en el espacio doméstico. Respecto al espacio público, es necesario eliminar las barreras arquitectónicas y crear itinerarios accesibles, sobre todo, teniendo en cuenta los desniveles pronunciados de las calles. La actual imagen de una sección de vía que contiene dos aceras de menos de 1,2 metros y una calzada con una o dos bandas de aparcamiento es claramente anacrónica. Si observamos la ortofoto de 1955 podemos apreciar que apenas hay unos pocos coches en el interior del barrio. Si observamos la misma imagen pero en 2021, veremos que las calles se encuentran llenas de coches aparcados. En los diferentes escenarios de futuro las aceras necesariamente dejarán paso a la plataforma única y los coches estacionados dejarán su sitio a otros usos, quedando plazas de aparcamiento exclusivamente para coches compartidos, colectivos o de personas con diversidad funcional.
En el ámbito doméstico será necesario intervenir en las viviendas unifamiliares pero, sobre todo, en los conjuntos de bloques de antiguas viviendas sociales. En estos casos las dificultades para los residentes se agravan por tratarse de edificios de vivienda plurifamiliares de hasta cuatro plantas sin ascensor. Esto deja confinadas de por vida a personas de movilidad reducida. Se propone crear planes participativos para resolver la accesibilidad vertical en estas urbanizaciones en las que hay familias de escasos recursos que no pueden permitirse afrontar estas reformas.