Haciendo un recorrido en coche por la Basilicata, de regreso a Matera, uno de mis acompañantes se refirió al “salasso” que le iban a dar por dejar su coche en un aparcamiento del centro, durante todo el día. Aun en mi parco italiano, la expresión la relacioné con “sablazo”. Sin embargo la traducción de “salasso” es “chuparte la sangre”. Entonces me pregunté, ¿por qué decimos sablazo en español a lo que en realidad es una sangría? “Recibir un sablazo” en realidad tendría más que ver con chuparte la sangre que con blandir un sable con fuerza.
Volviendo a la idea de Las Palmas de Gran Canaria como capital europea de la cultura, será importante que en ningún caso dicha candidatura suponga un “sablazo”, entendiéndolo como un corte brusco o una ruptura, de nuestros ritmos tranquilos y nuestra forma de vida; pero tampoco un “salasso”, como una sangría para nuestros bolsillos o para los presupuestos municipales.
Para el/la que tenga curiosidad filológica por el origen de ese “sablazo”, puede consultar en este enlace: ¿Cuál es el origen de «sablazo»?