En lo que se refiere a la transición entre la infancia y la adolescencia de los números, el inglés es tal vez la lengua más coherente, pues, siguiendo su sistema duodecimal, a partir de los 12 (twelve) establece un periodo de transición de siete años, entre los trece y los diecinueve, tanto para los números como para sus adolescentes (teenagers).
No sucede lo mismo en las lenguas latinas que apuestan por una emancipación abrupta, similar al acceso a la responsabilidad penal o al final de la educación secundaria obligatoria. En español y en portugués el paso de la infancia a la madurez de los números se produce entre el simple quince (quinze) y el compuesto diez y seis (dieciséis o dezesseis), mientras que en el italiano y el francés se produce entre el dieciséis (sedici o seize) y el diecisiete (diciassette o dix-sept). Como sucede con las palabras esdrújulas, también en esto hay diferencias entre francés e italiano frente a español y portugués. Y justo enmedio, el catalán realiza una verdadera pirueta al alinearse con italianos y franceses en la emancipación a los dieciseis (setze), pero rozando la confusión con su diecisiete (disset).
Algo habrá tenido que ver que en la católica península ibérica la palabra alternativa para dieciseis, o sea, sexce, tenga unas connotaciones que despistan del objetivo numérico.